martes, 28 de septiembre de 2010

Mi universo.

Y es tu boca la que me recorre la punta de la nariz y me envuelve en tu aire. Ese que es el más profundo y es tan tuyo que es mío. Y yo que no podría haberte pedido mejores cosas de las que vos me concediste sin exigírtelo, me dispongo a disfrutar del mundo que me construiste en mis brazos y a mi alcance. Y el amor decidió que así debía llamarse, y bautizó esto que tenemos con ese nombre. Nos regaló la pasión de la que nos inundamos, y nos acarició las manos para que las conservemos, para que sea nuestra fuente de contención cada vez que nos necesitemos.
Y vos hiciste lo tuyo, como yo también habré cosido mi nombre al costado de tus labios, para que sea a mi a quien llames cuando te sientas perdido, para acompañarlo de frases ya hechas y casi redundantes, y que sin embargo expresen la adoración que entregas, como si fuera yo el centro de tu tierra que es tu pecho, y que es el lugar donde más me gusta estar.
Y todo eso que parecía espuma, se materializa en tus besos. Esos que sacian esta hambre de vos que tengo en todo momento, con la ternura inmensa con los que me los das, como si fuera a quebrarme. Pero hasta el más mínimo beso tuyo me desarma, jamás habría podido imaginar tanta alegría en algo tan serio, tanta pasión disfrazada de cariño. Jamás te hubiese podido imaginar en este presente tan afortunado, tan oportuno como vos en mis sueños.
Y el universo que me trajo a tus brazos, es el mismo que gira para que sigamos juntos. Y es el que contiene este otro universo nuestro y de nadie más. El que guardamos celosamente, aunque no tengamos miedo. El que construimos y en el que confiamos. El que te agradezco, y en el que vivo. El que me da fuerza, y es energía.
Cuando respiro de este universo el aire que necesito, termino sonriendo, porque al final lo que siempre quise era que vos me quieras. Y ahora que te agarro la mano, y vos me miras y en tus ojos el amor me atraviesa el cuerpo, y que caminas por la calle orgulloso que sea yo quien este a tu lado, y que me decís dos palabras suficientes para bajarme el mundo, ahora no tengo nada más que agregar, porque lo que vos me das, es mucho más que el universo que yo hubiera pedido.

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