viernes, 1 de julio de 2011

TETULINA






Cierta vez encontré la vida un ser que me dió todo lo que necesité. Cosa dificil, porque ella se dedicó no solamente a brindarme su amor desinteresadamente, sino también a dármelo cuando más lo necesitaba.

Por esas cosas raras que tiene la vida aprendí que no hay simples hermanos. Hay algunos que sobresalen, que son el sol que nos traen ese rayito en plena oscuridad y que nos abrigan del frío. Esos que están inmóviles cuando pasa el tsunami y te agarran de la mano justo antes de caer. Que lloran tus penas, y te alivian el alma.

Y entonces, caminar se hace más liviano, y respirar se vuelve inconsciente. Y todo el mundo parece sonreír, y hasta te da vértigo la felicidad que una sola persona puede darte.

Y entonces, no te hace falta necesitarla, porque ella siempre está ahi antes de tiempo. Y dudas de merecer tanta infinidad, pero también confiás. Confiás en todo lo que ella pueda darte, en todo lo que vos tenes para ofrecerle, confias en el lazo que los une.

Entendes en el mismo instante que te mira, que grande es la palabra AMISTAD. Y llorás de vez en cuando, muchas menos veces que las que reís a carcajadas.

Tenes planes, tenes recuerdos. Y pasas a tener cuatro manos, cuatro ojos, miles de chistes y un solo corazón.

Y sos feliz, tan simple y tan complejo como eso. Tan chiquito como un abrazo, y tan gigante como una mirada. Tan ella, siempre tan ella.

No hay forma de explicar el amor que una amistad puede darte, porque ella llega a dejarte sin palabras.

No hay forma de contarte lo que te amo Andre, ésta- que es donde mejor me desenvuelvo- es la mejor.






TRES.









TE AMO CON EL ALMA.



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