miércoles, 18 de agosto de 2010

¿Quién soy?

Luciana hay dos, nunca lo dudé.
En el hemisferio derecho de mi cerebro vive una mujer atea. Por sobre todas las cosas racional. Sabe de sobra que todo eso que no está en concreto, no existe.
No existe el tiempo, no hay deidades en quien confiar, no hay alma. Para ella, que cree en tan pocas cosas, tu amor no existe. Y es que si no lo capta la razón ni lo perciben los sentidos, no puede ser cierto.
Reduce a los hombres en conductas, no busca dobles sentidos, no piensa lateralmente. Si no estás acá, tampoco lo querés. Es reduccionista, porque las cosas son simples y no hay hipótesis incomparables.
Luciana del hemisferio derecho nunca creyó en mitos, ni en el horóscopo. A duras penas cree en ella misma, pero siempre llega a la conclusión que es un ser humano, por lo tanto, imperfecta.
Es aséptica de todo eso que supone, porque las verdades para ella son absolutas y empíricas. Reconoce que no la queres como ella quisiera, y por eso tiene la tendencia a ignorarte.
Esta mujer nunca está en paz. Vive en eterna contradicción con la Luciana que vive del otro lado, en el hemisferio izquierdo.
Ella vive en un sueño infinito. Confía en ella con la plenitud que le da la esperanza. Sabe (o quiere saber) que vos también soñás una vida con ella, y lucha por destruir las murallas que te impiden cruzar el jardín.
Busca el porque de las peores cosas e intenta solucionarlas. Cree firmemente que eso que no se ve y que no se toca es lo que más se siente. Y por eso pregona el amor a su paso. La mujer soñadora, piensa que todo tiene una finalidad en el mundo, que si el destino lo puso acá por algo debe ser.
Cierra los ojos y ve el universo (Un universo de verdad, su universo)
¿Cómo hago? Alguien que me diga ¿Cómo hago para no perder la fe cuando veo que no estás? ¿Cómo construyo ilusiones encima de certezas? ¿Y como confío en las certezas que se crearon de ilusiones?
Si son dos mujeres peleando constantemente. Si están regalándome sueños y mostrándome que no son ciertos. Si vivo en un castillo de hadas que de noche es terrorífico. Si vuelo sin alas hasta que me pesa la gravedad. Si escribo historias y hago ciencia. Si soy una realidad fantástica y una fantasía real. Si al final de todo, nunca sé a cual presentar primero. Si todos mis soldados los tengo al servicio de esta batalla que solo yo libro. Si estoy tan cansada, que quisiera no ser nadie antes de atar a alguna de las dos. Si no me quedan mordazas ni argumentos para callar a la que sueña, y si no tengo más ganas de seguir creyendo en vos.

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