miércoles, 11 de abril de 2012

Carta a juanjo (una más)

 El sueño que me regalaste me abrió la puerta, ¿Era eso lo que me querías decir?
 Verás que ya no te pido nada, y que siempre te agradecí pero ahora lo hago con motivos. Tengo el motivo más hermoso y mas valedero: tu amor. Todavía tengo la sensación que estás, y eso me hace más grande que antes.
 No hace falta que te lo cuente, tu omnipotencia todo lo sabe. No hace falta que te relate que es de mi vida. Y perdóname por haberme enojado tanto. No es que haya juzgado lo que me tocó vivir, porque sin duda aprendí. Pero tanto dolor no era necesario.Me bastaba tu consejo susurrándome en un sueño que soy fuerte y tengo convicciones. No más que eso, me pareció inútil haber pasado por esto por tu afán que me valore.
 Hay un lugar en mi donde se que puedo llegar a cualquier cima. Era cuestión de tiempo, y sigue siendo cuestión de suerte abrirme los ojos a mi misma.
 Aunque ahora sienta que soy un punto hundido en un papel, entendí que esto es un proceso.
Te pido por favor que no pretendas que ahora pueda sentir que valgo la pena, ahora tengo la certeza que no. Si existiera la mínima posibilidad que en mi habite algo bueno, sin duda las cartas no estarían repartidas de esta forma.
 De todas formas soy feliz. Soy feliz porque se puede aprender a vivir en el dolor, porque no tendré nada, me faltará el mundo que me había construido, me odiaré con toda mi alma, y pensaré que no soy capaz, pero todavía me quedan las ganas y las fuerzas.
 Creo en mi fe aunque sea una redundancia. Creo que la vida siempre te lleva a donde queres estar (tiempo atrás quería estar con vos). Tengo también la suficiente capacidad cognitiva para entender que el amor no se compra, pero no quiere decir que desaparezca, aunque este transformado y tenga otro cuerpo.
 y me acuerdo una y mil veces de lo que escribí tiempo atrás.
Marzo del 2009, siempre presa de mis palabras:


"Te odio Luciana Galasso, por no vivir. Y por existir te odio.
Por las cosas que dejas inconclusas, como esa novela que empezaste hace rato ya. Porque creer que podes, y ¡No! No podes, no podes nada…
Por tu sonrisa, tu nariz, tu mal gusto. Por caminar por la calle así, y mucho peor, sin que eso te importe. 
Por no saber elegir, por decidir con 17 años en una noche algo que sabías bien que para vos era importante. Y negarlo, y seguir negándolo. Por la envidia que te corre en las venas. Esa que te lleva a querer lo que realmente no queres y a lastimar a los que amas. Y te juro Luciana, te juro, que sí lastimas a alguien que no seas vos misma te voy a odiar mucho más de lo que te odio ahora.
Por no saber correr, ni jugar al voley, ni escribir. Por hacerle tanto mal a la persona que juraste que amabas. Por mentirte.
Por odiarte te odio. Por ser incapaz de hacer trámites, por no saber bajarte del colectivo y perderte a la vuelta de tu casa. Por olvidarte de todo. Sería fantástico que te olvidaras de vos también. Por ser tan egocéntrica te odio.
Por llorar, ¡Deja de llorar por favor! ¿No ves que nadie se va a apiadar de vos? ¿Alguna vez conseguiste algo llorando? Deja de hacerlo entonces.
Ahora entiendo porque vivís en esa burbuja de cuentos de hadas. Todo es tan irreal como vos.
Por dar consejos sobre las relaciones familiares ajenas, cuando sabes bien donde y como podes recomponer la tuya con tus sobrinas. Y seguir acá, estática. Y ponerlo en este lugar, cuando eso debería haber sido tu preocupación primera.
Por hacer una fiesta de quince detonadora, y no poder hacer nada para solucionarlo. Por dejar que todos opinen sobre tu vida, por hacer públicas tus desgracias.
Por inventar cuentitos que no te llevaron a nada… y que no te llevarán. Por creer que el amor existe cuando nunca te pasó. Por las ilusiones que tenes. Para ser sincera, nada de lo imaginas se va a cumplir. Por que el amor no es para vos.
Te aborrezco desde lo más adentro de mi ser, y con motivos. Por haberte dejado pisotear por un batallón de idiotas. Por perdonar cosas injustificables y por no perdonar otras que valían la pena seguir.
Por el humo del cigarrillo que me causa alergia. Y por tu alergia. Tu voz grave, tu poca gracia. Por la imaginación que te falta te odio. 
Por perderte 19 años de tu vida que no vas a volver a tener, y lo que es más grave, seguir perdiendo el resto por no saber disfrutar. Por no poner en práctica tus pensamientos, y no valorar a los que tenes al lado. Por esos pensamientos que a veces son crueles. 
Para odiarte tengo mil motivos. 
Te odio Luciana Galasso, por no vivir. Y por existir te odio…"



¡Que facilidad que tenía antes para describirme! mismo sentimiento, no era nada nuevo en mi aunque él no lo haya entendido. Ya ni eso me queda, sin embargo todavía tengo fuerzas.
Mientras vos estés todavía tengo motivos.
 ¿Eso me querías decir en el sueño?
Sos tangible y concreto. Nada en este mundo es eterno y expansivo.
Si supieras lo que habla mi corazón cuando desarrolla monólogos conmigo, si supieras que hasta las lágrimas lloran por su  incipiente muerte.
 Confía Juan, no es a mi a quien tenes que proteger. A mi solamente me queda lo que mi psicóloga repite constantemente "No hace falta saber lo que uno quiere, eso es fácil, uno sabe lo que quiere. Hace falta también querer lo que uno quiere, ir a buscarlo a pesar de lo negativo, a pesar del dolor que conlleve" 
 Tengo el privilegio de poder querer lo que quiero, a mi todavía me queda la fuerza para afrontar la negatividad rotunda. Es lo único que me queda, es lo único que necesito.
Gracias, de acá en más sigo sola. Confía en mi, y sobre todo confía en que fuiste el que me enseñó que la lucha no necesita ser guerra.
UNO PUEDE ABRIRSE PASO DESDE EL AMOR.











No hay comentarios:

Publicar un comentario