
Si atara mi amor en una gota de aire, y lo enviará a donde estés sin saber todavía cuál es ese lugar, seguramente volvería a mí.
Ahí ES donde va a estar siempre.
Porque al final es eso lo que te debo: dejarte volar.
De todas maneras aprendí que no existe la muerte. Más allá del fin de la vida, hay otro mundo y una eternidad. La infinidad de tus ojos solamente se comprende en aceptar que nunca fuiste simplemente una persona. Tus alas me protegieron de caer en la maldad y en el egoísmo una y otra vez. Me dieron mucho más que motivos para vivir. Pero no vivir de cualquier forma, sino vivir feliz, disfrutando de las cosas más nimias y menos lógicas.
Entonces, ahí, en la vida sinfín que nos envuelve a todos, no hay espacio para reproches.
Desde un principio supe que no tenía que aferrarme a vos, indudablemente algún día te irías.
Y justamente por eso no me arrepiento, porque lo que vos me enseñaste no podría haberlo aprendido de otra forma. Porque eso que más se disfruta es lo que menos se tiene. Porque no hace falta millones de momentos de vida, sino uno que valga la pena vivirlo. Porque el amor no sabe de tiempos.
Feliz cumpleaños Juanjo. Feliz eternidad.
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