Acá, encapsulada en este amor que no midió tiempo
todo florece y de nuevo nace
como nacemos también nosotros
después de tantos años.
Afuera, el mundo.
Y no me estoy perdiendo nada.
Somos caballos que ahora galopan en el viento.
Y no tenemos destino,
nos dejamos apresurar por lo eterno.
Vamos envueltos en copos de luz.
Afuera, el aire.
Pero en vos se respira mejor.
Y me voy hundiendo en un mar y no me ahogo.
No hay una célula que se anime a morir
o a quedar afuera de mi alma.
Si sigo sintiéndote como antes.
Afuera, la vida pasada.
Cementerios de dolor.
Fuimos dejando que las noches se aglutinen.
Y cuando llega el día
esperamos que el sol caiga de nuevo
para volverlo a alzar con nuestros cuerpos.
Y entonces ya no hay afuera,
somos nosotros que estamos en el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario