domingo, 20 de diciembre de 2009

Antes

-“Cuando yo era chico, navidad era una fiesta”- me dijo mi papá anoche.-“Había mesas largas, con toda la familia. Ustedes no saben lo que es pasar una navidad en serio. Salir a tirar fosforitos, porque en esa época no había tantas otras cosas. En casa, para navidad nos juntábamos toda la familia. Mi mamá tenía nueve hermanos y ahí estaban todos. Cada uno con sus hijos”.
- “Cuando nosotras éramos chiquitas, también las fiestas eran más lindas”- le dije. Porque era cierto, nada podía reemplazar los cohetes con mi primo, bailar toda la noche con Gisela, quedarnos hasta las 6 de la mañana tomando sidra y charlando de cosas que no hablábamos nunca, pero que la noche nos hacía debatir. Y ni te cuento, creerse uno mi mismo lo de papá Noel, para no sacarle las ilusiones a los chicos.
- “Sí, pero en esa época ya las cosas habían cambiado mucho”- me dijo-“Lo que pasa que la gente no tiene ganas de festejar ahora, no ves a nadie con una bolsa de regalos, ni arman los arbolitos en ningún lado”.

Increíble. ¿Cómo se puede perder el encanto de la navidad? Justo ahora que las propagandas y las películas no hablan de otra cosa. Ahora que todos entienden de marketing, y justifican las publicidades

Ahora que nos hace tanta falta un poco de ilusión.




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