Siempre estuve muy errada en las certezas.
Di por sentado mis propios miedos, como si alguna vez pudiera conocerme en la completitud y en mi complejidad.
Creí que lo que me aterraba no era la novela en sí, sino elegir el libro y empezarlo. Y después supuse con total jactancia que me había confundido, como si fuera dueña de mis errores, y afirmé que habría sido siempre la angustia en el pecho casi llegando al final.
Y quizás siga pecando de absolutista, pero ahora confío en que el miedo siempre fue infundado por el transcurso, por vivir dentro de la novela día a día.
Nunca tuve pánico a que me dijeran que no, es cierto. Enfrenté cada instante con seguridad, sin importar las palabras que me prohibían seguir mí camino.
No le temí jamás al dolor, ni a las mentiras. No fueron las dudas de quedarme vacía las que me inmovilizaron (Y las que lo siguen haciendo).
No frené esta rueda por ver los palos en el medio del camino. No me bajé nunca de ningún viaje por miedo a lo que venía. No dejé de vivir por pensar en que quizás no podría ser.
Y aunque lo pensara, el miedo nunca fue porque me dijeran que no y me impusieran límites.
Lo que me ató el corazón a las costillas fue aquello mismo que me haría liberar el alma y sonreír.
Porque a lo que siempre le tuve fobia, fue a que me dijeran que sí. Que me quisieran como soñé. Nunca fue fácil tener en mis manos, algo tan real como un sueño. Y me dio miedo ser el autor y el lector de mi propia novela.
Me paraliza saber que siempre las cosas llegan a donde uno quiere que vayan. Quizás porque es casi imposible no soñar (Y encima es gratis y no necesitas demasiado tiempo), pero uno jamás piensa en que va a hacer con eso cuando sea su dueño.
Y como generalmente, esta realidad que nos envuelve suele cumplirse inimaginablemente, superando toda la fantasía que podríamos haber tenido,- aún siendo el mejor de los bohemios-, me da miedo.
Creo que hay tantas cosas de las que me escondo por temor, que no puedo precisar algo que sea realmente concreto.
Supongo, que habiendo dicho esto, queda sobreentendido, que lo que me da miedo siempre fue y es, ser feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario