martes, 30 de noviembre de 2010

Inquisición.

Vaya uno a saber desde cuando existe el tiempo,
de dónde vienen las ideas,
quién escribió las frases anónimas,
si hay vida en otros lugares,
porqué cada especie tiene un lenguaje diferente,
quién se acuerda de las huellas que no permanecen,
dónde puedo ir a perderte,
cómo conviven los dejavú y los olvidos,
cuál es el fundamento del miedo a crecer,
quién empezó a filosofar un día,
para qué están los caminos sin salida,
cuántas veces se puede leer el mismo libro,
los años de la persona que guarda más sabiduría,
porqué escribo,
donde estará durmiendo la felicidad sin culpa,
cuantas veces más diremos “No puedo”,
que significa estopa,
a dónde van las almas que alguna vez perdimos,
cuánto más ruido nos ahogará en el futuro,
qué fue de los viejos programas de radio,
a cuántas personas les agrado sinceramente,
cuantos hielos entran en un vaso,

Vaya uno a saber si mi perro comprende cuando le hablo,
si la mujer de la ventana llora de alegría,
la fecha en la que moriré y quienes me llorarán,
en qué año se secarán los ríos,
cómo sonríen los animales,
si las luchas tienen siempre un fin noble,
cuántas hectáreas de pasto real quedan en el mundo,
la cantidad de cuentos que guardan mis sábanas,
cuál es el número exacto de gaviotas en Argentina,
por qué no vemos la magia en las mañanas,
donde irán los mosquitos en invierno,
cuál será el próximo invento,
cuanto tardaremos en olvidarnos la historia,
que cantidad de banderas hay izadas en este instante,
cuántas miradas diferentes coexisten en un mismo punto,
que cosas veo si cierro los ojos,
cuál es la temperatura del sol,
y la razón de nuestra existencia,
con que sueñan los árboles dormidos,
para que existe la gravedad.
cuántos errores se necesitan para aprender,
si de verdad existe la bondad sin propio beneficio.

Vaya uno a saber, venía diciendo,
porque te quiero tanto.

Será que hay preguntas que se inventaron para dejarlas abiertas.

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