sábado, 16 de abril de 2011

No abuses de mi boca

No te diré nunca que en tus manos abiertas

está el hueco en el que me hundo,

donde sumerjo mis sueños y los tiño de locura.

Que sos ese claro en un mundo de ciegos.

Ese árbol que se eleva en el bosque,

Y parece que tocara el edén con sus hojas.


De mi no saldrá confesar que te deseo,

que la pasión me envuelve y me desnuda

hasta sacrificarme la sangre que corre

sin alcanzar jamás una meta justificable.

Que no me satisface contemplarte meramente.


Que en los más remotos instantes de júbilo,

está tu alma jugando a ser eterna e inmortal,

ignorante de mis sueños diurnos y de mi insomnio

Y no conocerás mi voz, porque nunca me escucharás.

Ni el eco de un susurro te volará el pelo,

ni un te quiero en la punta de la nariz, y en secreto.


Si al final del camino, el pasado es un perpetuo presente

que no se contenta con morir en la gloria de aquellos recuerdos.

Y mi boca es tan vulnerable a tus palabras

que necesito preservar que sos otro, y no uno como jurabas,

porque solo así, extraño a mi cuerpo, podes ser mio.

Y ni siquiera así tampoco.


Si te he dicho tantas cosas antes que me prohíbas

entrar en vos y conquistarte.

Si derroché tantas frases y cautivé tan poco.

No te diré nunca que en tus manos abiertas

está el hueco donde agonizo y soy.


Puede que de algún modo te lo esté diciendo,

soy tan débil a tus momentos simples.


Pero por las dudas, no abuses de mi boca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario