El viento rozando la mano cuando la lleva hacía adelante el impulso opuesta al caminar. La inmovilidad de una habitación oscura hasta perder la noción de lo que hay alrededor. La mano del otro enlazada a la tuya. La gota de lluvia resbalando entre tu pelo. El agua que corre por la garganta y calma la sed. La arena mezclándose en tus pies. La fuerza que empuja el cuerpo a donde queremos estar. El calor en las mejillas cuando nos avergonzamos. El sonido de nuestra voz describiendo lo que sentimos. El dedo de él dibujando un corazón en la palma de tu mano. El llanto de ese bebé. El beso en la frente y los ojos cerrados. La ramita de un árbol rozando la pierna. Dos manos tapándote los ojos mientras te besan. El escalofrío, pero solo esos que se animan a recorrer la columna entera. La nariz en un frío vidrio. El olor a chocolate caliente. Encandilarse con el sol. Las voces que siguen en vos en los silencios más largos. Volver a escuchar la canción que bautizó ese momento. Correr hasta agotar las energías. Cerrar los ojos y sentir cada parte de nosotros viva. El instante previo a dormir. Soñar. El calor de otro cuerpo invadiéndote. Tu perro acurrucado al lado tuyo. Una mirada que cuenta historias mudas. Un alago. Quererte. La casi inestabilidad en un viaje en subte. Un caramelo deshaciéndose en tu boca. El dolor de la aguja de ese tatuaje que significa todo para vos. La picadura de un mosquito. Acariciar el tronco de un árbol. La gente que camina a tu lado. El sonido de un reloj. Llorar. Los labios frunciéndose al probar un limón. Una hermana. EL golpeteo de la cadenita que llevas en tu cuello cada vez que te moves. Acostarte en el pasto. VOS, y las miles de cosas que me pasan por el cuerpo cuando te veo.
La vida nos ha dado tanto, sería un desperdicio no disfrutarla.
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