Nací de la tenacidad voraz de unos padres que me buscaron por mucho tiempo.
Crecí con una hermana que me enseñó a amarla en las peores peleas.
Fui atesorando amigas y comprendí la eternidad en sus charlas.
Leí más de cien libros, y tengo más de mil que quiero leer.
Sufrí por amor más de una vez, aun sabiendo que no era ni cariño.
Conocí a Juanjo y lo disfruté a mi modo.
Soñé, soñé y volví a soñar. Una y otra vez porque ese es mi don.
Sumé lugares que no conocía a mi lista de cuentas pendiente.
Escribí más de doscientos cuentos y poesías. Y tengo las ansías de publicarlas todavía.
Hice un montón de cursos que ya no me sirven, y que aprovecharé toda la vida.
Encontré sentido en todas las canciones que escuché.
Contemple un montón de imágenes hermosas en el living de mi casa.
Me reí más de un millón de veces por cosas que a nadie le resultaban graciosas.
Me equivoqué.
Aprendí, inventé y jugué a un montón de juegos.
Viví en tres casas, estudié en seis edificios diferentes, dormí en muchas camas.
Tuve miedo cada vez que veía una aguja.
Miré un montón de películas que nunca recordaré el nombre.
Conviví toda mi vida con perros, y hoy Tommy me acompaña a todos lados.
Canté desafinadamente, porque no sé otra forma de hacerlo.
Compartí muchos mates, muchos besos, muchas playas.
Comí como si fuera la última vez que comería en mi vida.
Intenté ser lo mejor que puedo ser.
Y además de todos estos, hay más de un millón de motivos para creer que mi vida ha sido la mejor que puede haber tenido.- y recién estoy empezando a vivir.-
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