Ayer tuve un sueño.
Soñé que me dormía con tu mano sosteniendo la mía.
Y quise parar el mundo, nunca antes me había sentido tan segura. Conocí la felicidad, el amor más puro y más intenso. Y tuve la necesidad que ese instante se congelara y quedará perpetuamente suspendido en el tiempo. No habría otro minuto que fuera igual a ese, porque al final de eso se trata la vida.
Y en ese instante me sentí completa. Alrededor mío había un cielo celeste, y el sol siempre volvía a salir. Y yo volaba- ¡con el pánico que me hubiese dado hacerlo sola!- Pero eras vos el que me sostenía. Y yo siempre confié en el poder que tenía la confianza. Siempre creí en todo lo que sos, y sin embargo nunca imaginé que podías ser tanto.
En el sueño de anoche, con tu mano durmiendo conmigo, con tu amor encerrándome a cielo abierto, y la paciencia que te infunde construyendo paraísos en mis fantasías, fui yo.
Fue un instante que era feliz, porque ahí estabas. Porque al lado mío dormías, y yo confiaba que no había hombre más hermoso en el mundo, que no existía nadie con esa capacidad de elevarme y de hacerme soñar una y mil veces. Un instante que la eternidad le hubiese quedado perfecta, para poder elegirte en cada instante que viviera en ella.
Y entonces desperté y ahí estabas.
No hay nada más hermoso que siempre hagas de mis sueños, realidades, y de mis instantes, lo eterno.
mi amooooor !
ResponderEliminarsiempre taaaaaaan hermosas palabras!
vos tambien me completas a cada instante!
sos todoooo
te amo taaaaaaaaaaaaaaaaaantooo