jueves, 10 de mayo de 2012

hechizo de amor


Podría haber elegido hacer miles de cosas la tarde de hoy, pero aprovechando la soledad de mi casa y mi buen humor, me dediqué a mirar una película de esas que se empecinan en darte esperanzas.
 Y había una, que miré mucho tiempo atrás. “Hechizo de amor” trata de justamente eso. Del amor, del amor de la familia, del amor del hombre que llega tal cual lo había soñado Sandra Bullock.
 Para los que jamás la vieron (No saben lo que se pierden) diré que ella proviene de una familia de brujas, que se dedicaron a hacer hechizos y fracasaron constantemente en el amor. En un panorama así, cualquiera hubiese hecho lo que pasó. En un intento de salvarse del dolor de amar, la protagonista juró  no enamorarse nunca. Claro, ella tenía a favor su magia y realizó un conjuro que prometía que solo se enamoraría de un hombre con determinadas cualidades. Un hombre que no existía, que hacía volar los panecillos, que tenía un ojo azul y otro verde, que la cuidara.
  Sin embargo, esto no le impidió encontrarlo. El amor es el más grande hechizo que existe, jamás se podría negar.

 La primera vez que vi esta película intente imitar dos cosas:
La primera era cortar mi mano, para que mi sangre, y la de mi hermana se fusionaran en una. Más de grande entendí que era la misma, y que no hacía falta hacer aquello para que la eternidad nos una. Tengo el placer de tener al lado mío el mejor sueño de amor hecho realidad. La incondicionalidad que nos enlaza es infinita. Ahora no busco mezclar sangre con ella, prefiero amontonar sonrisas.
La segunda cosa que quise hacer (Y que de hecho en mi adolescencia más temprana lo habré hecho) fue inventar un hombre con las cualidades que tendría el hombre que yo amara. Pero con la intención de que sí apareciera. Nunca quise alejarme de lo que considero fundamental en la vida.

No tengo idea sobre que trataba la lista. Seguramente siempre busqué un hombre que me cuidara, que supiera volar con los ojos cerrados a los mundos donde yo podría llevarlo.
Habré especificado algunas características físicas. Y ahora que lo escribo, recuerdo haber puesto que debía si o si utilizar una nariz de payaso disfrazada de sonrisa constantemente.

Años después esta película vuelve a mi vida.- todo siempre vuelve (o nunca se va) Lo he comprobado varias veces-
Y ahora todo es diferente. La perspectiva con la que hoy me encantó (Del verbo encantar mágicamente) fue diferente.
 Si tuviera que volver a hacer la lista, me quedaría con la lapicera en la mano.
Y me resulta demasiado coherente mi pensamiento ahora- después de haber seguido con mi carrera y haber vivido unos cuantos amores-.
No tendría cualidades para el hombre del que me voy a enamorar, puesto que amar significa descubrir. Y estoy predispuesta a ir de a poco, desnudando el alma de ese hombre. También podía decir uno, que no tengo idea que es lo que quiero y eso es lo mejor.
Freud lo llamaría deseo. Eso que nos mantiene en movimiento, que nos hace buscar siempre lo que nuestra pulsión nos manda.
No existen las cualidades perfectas, existen la perfección en las cualidades que amamos. Y seguramente también exista un hombre que me haga enamorar de todas esas cualidades.  Sigue siendo indispensable que despliegue sus alas, pero confío en que a mi lado todos lo hacen. Tengo la ventaja de no ser jamás una jaula.
 Tiempo atrás alguien me pregunto como sería mi hombre ideal, y yo respondí siguiendo la línea de lo que él quería escuchar.
Ahora que soy yo la que me lo pregunto, me quedo muda. O aun mejor, me quedo con una sola respuesta: no sé como es mi hombre ideal, solamente sé que está acá conmigo.
 Y tengo la certeza que yo también puedo hacer cualquier hechizo de amor que me proponga.

Acá va el segundo tema.
 Siempre creí en la magia. Siempre (A pesar de alejarme tanto estudiando psicología) confié en que podía realizar cualquier conjuro que resultaría. Hace dos semanas se lo dije a mi psicóloga: este pensamiento mágico fenomenistico, casi parecido al de Disney se enraíza en mi y me lleva a la superación.
 Soy creyente de llegar a lugares que uno nunca imagina, confío en que todos tenemos un arma para crear hechizos.
Por eso escribo, es mi arma para cumplir cualquier hechizo de amor.
 Todo lo que escribo sucede, el amor siempre llega a mis manos. No me privé (ni me voy a privar) de enamorarme cada vez que se me de la gana.
 El hombre que quiero me está esperando- siempre me esperó- y mi amor sigue intacto. El hombre que amo tiene que tener una sola cualidad, creer como yo lo hago que el amor es un hechizo que te obnubiliza. El hombre que amo debe tener la fe puesta que acá estoy, amándolo.

Tengo amor y magia guardados en frasquitos, para cuando llegue.

Al final de la película ellas decían: "Siempre echa sal sobre tu hombro izquierdo, pon romero a la entrada de tu casa, planta lavanda para la suerte...y enamórate cada vez que puedas"

Al final de mi historia en mi blog dirá:
“Jamás crea que todo pasó, los hechizos existen. Usa tu don para atraer todo lo que quieras para tu vida, y enamórate cada vez que puedas”

Déjense amar gente, no se sabe donde está la magia, ni a cuantas lunas el otro rogó que estuviéramos ahí.

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