A este hombre, que me impulsa más allá del camino trazado, y
me invita a recorrer rumbos que ni él conoce. Y que me da la confianza para
poder hacerlo.
A este hombre, que es
una muralla ante el dolor más profundo. Y que entiende que todo lo que se
reparte, se multiplica. Y a sabiendas de eso, sufre conmigo los dolores para
aliviarme, y ríe conmigo mis glorias para expandirlas.
A este hombre que vive, y por el cual vivo. Que sueña, y por
eso existo. Que ama y por él amo.
A este hombre que habla un lenguaje lleno de metáfora y
poesía. Que dice lo que tiene que decir, ni más ni menos. Y que sabe que las
palabras sobran tantas veces.
A este hombre, lleno de convicciones profundas. Que cree en
tan pocas cosas, y es tan fundamentalista. Y que por eso es capaz de ser un ser
justo y equilibrado.
A este hombre que admiro, que amo, que busco, que peleo. Con
el que comparto sueños, enseñanzas, pasiones.
A este hombre que me creo, y que por eso es mi Dios.
A este hombre, le debo todo. Le adeudo cada día de estos 22
años que se dedicó a hacerme la mujer más feliz que exista sobre esta tierra.
Feliz día viejo, te
amo
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