Que siempre llegarán a nosotros esas palomas que bautizaste Ilusión, porque sus nidos están acá. Quedate tranquilo, no pueden ir muy lejos.
Y al final se te develará el secreto que tanto gritamos con los cuerpos. Y sabrás que la orilla que somos no es más que el principio, un primer paso, una de las tantas cosas que nos conecta. Y provocaremos tsunamis y tormentas, y cielos celestes.
Que sos el creador de cada paisaje nuevo. Como si tu única misión fuera observar (me) con detenimiento, incitar a la transformación.
Y que yo soy el sol que se esconde en el horizonte, dejándote libre la noche y maravillándote cada nuevo día. Porque al final de eso se trata.
Pero cada estrella es un pedazo de sol. Y vos, que sos mi Dios, estás en cada pedacito de cielo.
No te das una idea lo que descubrirás, cuando por fin dejen de chillar esos árboles.
Y no debe faltar mucho, porque lo único que separa al mundo de quedarse mudo es una letra.
Y lo que a mi me separa de vos, son estos cuerpos en los que vivimos. - porque siempre se trato de distancias-

No hay comentarios:
Publicar un comentario