Es hora de despertarnos. De abrir la puerta al mundo y entrar sin pedir permiso. Todo lo que está en él es nuestro, nos pertenece. Porque son nuestros sueños aunque no nos demos cuenta. Está acá, en nuestro suelo, invadiéndonos y colmándonos de sabores, de colores, de amor. Es acá donde debemos buscar. Soñar está bien, es buena terapia. Pero la magia siempre estuvo entre nosotros. En las estrellas que tienen el destino grabado en una esquinita, para así poder guiarnos. En la sonrisa de aquellos que es lo que mejor les sale, y que nos regalan otro paisaje. Porque una pequeña mueca a veces es un gran paso.
Y yo que salí a buscar millones de camino y conseguí saltar al abismo de un vacío que me carcomía el universo, y ahora vengo a decir esto.
A jurar que encontré eso por lo que luché todo el tiempo, que soy feliz. Que soy básicamente una gran exploradora. Logré encontrar muchas cosas que nunca supe. Ahora sé que los sueños se cumplen, que el tiempo está hecho con un extraño fin que no comprenderemos nunca, que la felicidad nace de uno y a uno vuelve cuando es franca, y que los grandes árboles nacen de pequeñas semillas.
Ahora se que mi misión es regalar la paz, que a menudo me falta. Y eso es lo maravilloso de esto. Que tengo que salir a buscarla todos los días para dársela a otros.
Es hora de abrir bien grande el alma, y poder ver con ella lo que no vimos hasta ahora. Y así comprender que en la música hay siempre un secreto escondido y hay que escuchar con atención- sobre todo la música de las historias que nos cuentan-
Llego el momento de descubrir lo que hay más allá del arcoíris, de la luz blanca que hace este centenar de colores. De construir el puente que nos lleve a donde queremos llegar, de empezar el camino que jamás nos animamos. De encontrar un príncipe en esta enorme ciudad, y llevarlo al palacio que es mi casa. Que es la casa de mis amigas, que es una tarde en un parque.
Es la hora de creer en princesas azules, de creer en una misma. Entender que en algún lugar estarán aquellos que se fueron, felices de vernos bien. Sentir que nunca se alejaron de nosotros, que continuarán en la historia de nuestras vidas, porque nadie se va sin dejar un legado.
Es momento de crecer, de dejar de atormentarse porque al fin y al cabo las tormentas vendrán y estaremos más preparados si disfrutamos la calma.
LLEGO LA HORA DE DESPERTARSE. Mirar el mundo que es nuestro, que nos pertenece. Porque acá están los sueños convertidos en realidad. Esos que alguna vez soñamos, y ahora compartimos. Solamente hay que aprender a mirar.
Nunca quise escribir un cuento para dormir, quiero escribir uno que los haga despertar.
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