jueves, 8 de septiembre de 2011

Dos manos y un puente.

Hoy solamente quiero que me abraces.
Que me abraces con todas tus fuerzas, desde el centro del pecho, del corazón. Quiero que me abraces con el alma, con esa mirada colmada de amor, con las palabras justas, con los momentos.
Que me abraces con la boca, con las narices, con casi todos los átomos que te recorren el cuerpo. Con la sonrisa impregnada en la boca, y el cuerpo temblando de alegría. Que me abraces con las manos, con nuestra canción sonando de fondo.
Con tus defectos, con lo que me enamora cada día. Abrázame con la piel que ya no nos limita, con todos los motivos y con ninguno. Quiero que me abraces como si fuera la última vez, y como si esta última vez durara toda la vida.
Con las ganas de un futuro juntos, con la memoria de todo lo que ya vivimos. Abrázame en cada cumpleaños, cuando haga frío, cuando lo necesite. Quiero que me abraces sin pedírtelo, sin calendarios, sin dudas.
Abrázame sin tocarme, susurrándome al oído un te quiero. Quiero que me abrace tu aire, ese mundo que te rodea y que es mío. Que me abracen tus manos, tus monólogos sobre cómo deberían ser las cosas.
Abrázame cuando la luna este dormida, y nos escapemos en puntitas de pie a abrazarnos de nuevo, en silencio. Cuando sienta que todo se derrumba, y también en esos momentos que me elevas de alegría. Cuando no pueda tenerte abrázame.
Quiero que me abraces, porque no encuentro otra manera de seguir un camino que me haga feliz. Abrázame, porque desde donde yo esté, voy a correr hacía donde estés, para abrazarte a vos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario