sábado, 17 de marzo de 2012

Retorno




la fuerza de las mujeres depende de que la psicología no puede explicarlas.
Los hombres pueden ser analizados; las mujeres sólo pueden ser amadas.
Oscar Wilde. 



Aluna vez te pregunté si tenías la máquina del tiempo. Y tu palabra contundente y precisa me dejó muda, derribando cualquier muralla y construyendo un puente sólido hacía mi.
-          No, pero lo lindo es que el tiempo no vuelva.- me dijiste
Y ahora estamos acá, enmarañados en presentes con olor a futuro frustrado y a angustias remotas.
 Y tengo un montón de sueños desplomándose panza abajo, piero no quiere decir que todavía no pueda salvarlos.
Y vos, que siempre fuiste tan discípulo de seguir adelante o construir caminos si no existiera, estás eligiendo la espada en vez de la pared. Y es la misma la que nos va a matar a los dos.
No te pido que te quedes (Ya no te lo pido más, verás que algo cambió, aunque tus manos ya no puedan sentir que te amo) te estoy demandando que vuelvas a vos. Que tus convicciones vuelvan a tomar las armas y a salir de nuevo a batalla.
 Al final, el amor es lucha. Nada se consigue sentado en una cama esperando que las cosas cambien.
 Te estoy pidiendo que tus recuerdos se llenen de las noches que la piel se estremecía y  no necesitábamos palabras para hablar.
 Te suplico que tengas la firmeza que siempre tuviste, esa que me ayudo a no tambalearme durante tanto tiempo.
Yo estoy bien acá, estoy bien porque sigo sintiéndote. Recorre todos los huequitos que quieras transitar, pero volve a un  punto siempre, siempre el mismo punto, el punto más grande, más hermoso. Volvé siempre donde sabes que la infinidad existe, donde no hay barreras que no se puedan saltar.
Volve a plantar semillas en los árboles talados, para que en un futuro el aire vuelva a llenarse de dióxido de carbono transformado en óxigeno.
Volvé al amor. Tan sencillo, tan complicado. 

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